lunes, 2 de abril de 2018

Resolución de conflictos en China


Una de las cosas que más llama la atención al visitante de China son las eternas discusiones en los accidentes de tráfico. Los conductores implicados en un accidente de tráfico discuten con tono moderado y de forma interminable mientras se concentra el público que observa de forma silenciosa, y a distancia, la resolución del conflicto, sin inmiscuirse en él.

Una de las hipótesis que he comentado con mis amigos chinos, que son coscientes de esta peculiaridad cultural, es que en general los chinos mantienen la calma en las discusiones debido a la gran dependencia del significado de las palabras, del tono con el que se pronuncian, de forma que perder los nervios puede suponer perder también el sentido de lo que se dice. Realmente los chinos gritan poco cuando discuten y procuran no discutir.

Sin embargo, las circustancias me han hecho formular una segunda hipótesis sobre este comportamiento, que puede complementar a la anterior. Los chinos tienen la herencia del budismo en que la vida es un conflicto eterno entre elementos contrarios que se complementan, el famoso yin y yang. Solamente de esta forma se pueden entender políticas chinas como la de "Un pais dos sistemas" con Hong Kong, o la relación que mantiene China continental con la isla de Taiwan.
Si pensamos en conflictos similares en occidente (Gibraltar, la isla de Perejil, las Malvinas, etc.) vemos que nos resultan impensables la aplicación de este tipo de soluciones, nuestras soluciones son o tragan con nuestra propuesta o les damos la espalda y todo ello de forma acalorada o violenta.

Esto ocurre en otros aspectos de la vida, os pongo un ejemplo reciente. Para celebrar el Año Nuevo Chino nos reunimos a comer en un restaurante chino, y nos sentimos como en China, pues al final el dueño nos exigía pagar algo que nosotros habíamos entendido que estaba incluido en el menú acordado (El famoso choque de culturas o civiliaciones), pagamos cabreados con la intención de no volver en la vida y contarlo a nuestras amistades lo "mal que nos habían tratado" (Solución Latina). Pero al comentar el tema con una amiga china nos dijo que no lo dejaramos así, que fueramos y que hablaramos, y efectivamente tras hablar y hablar el dueño nos dijo ¿Pero que quieren? ... "Pues que nos devuelva el dinero" ... y se fue a la caja y nos lo dió, total que regresamos con el dinero, y si bien la vena hispana nos dice de no volver, la verdad es que nos ha dejado sin argumentos para no hacerlo.  Tengo más ejemplos, pero con uno basta.

Esta última semana precisamente he visto dos películas, dobladas al español, que muestran esta forma diferente de afrontar los conflictos, se tratan de:

Con ambas películas se pasa un buen rato y se disfruta del paisaje urbano actual de Beijing.

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