jueves, 1 de agosto de 2019

Un guiri en Lisboa: cuna del pastel de nata

La historia de Portugal es paralela a la de España, poblada por pueblos celtas e iberos, fue conocida por fenicios y cartagineses, conquistada por los romanos, visigodos y árabes. Lisboa fue conquistada a los moros por nobles caballeros, en este caso Alfonso Henriquez en 1175, en 1506 persiguieron a los judios durante 100 dias, en España los expulsamos; con todo durante 70 años Portugal perteneció a la Corona Española, finalmente fue invadida por los franceses durante la época de napoleónica, se proclamó la República a principios del Siglo XX, se libró de la II Guerra Mundial y tuvo dictadura hasta la década de los 70, si bien supo convertirse de nuevo en Republica y España en Monarquía Constitucional.

Portugal ha salido de la crisis mejor que España con una tasa de paro de la mitad y colocando a el nivel educativo entre los mejores de Europa, sin complejos de su pasado.

Lisboa es como un gran parque temático por la gran afluencia de turistas que la visitan. Recibe 4,5 millones de turistas al año, 9 veces más que su población, lo que supone una presión turística mayor que la de Barcelona (5 veces su población) o la de Londres (4 veces). Esto junto a una gestión tradicional de las visitas hace que haya que hacer cola para comprar la entrada y una segunda cola para entrar, así que cárguese de paciencia y elija el momento adecuado para sus visitas y haga una buena selección de estas.

A los portugueses les encanta la pastelería, todo lo contrario a los chinos. Pero pese a esta divergencia en los gustos, los dulces más famosos de Lisboa y de China son los Pasteles de Nata, consistentes en una tartaleta de hojaldre rellena de crema pastelera, dorada o quemada en su superficie y espolvoreada con azúcar y canela.

Elaborando Pasteles de Nata

Según la tradición procede de la reposteria conventual en la que los monjes aprovechaban las yemas que quedaban del uso que se hacia de las claras de huevo para el refinado del vino. Las recetas salieron a la luz tras la revolución liberal de 18201 que cerró en 1834 todos los conventos, y llegaron de esta forma también a Macao.

Los famosos pasteles de Belem o de nata (Pasteis de Belem) se inventaron en la Antiga Confeitaria de Belem  situada en la Rua de Belém No 84 a 92 de Lisboa; junto al Monasterio Dos Jeronimos. Se trata de una antigua pasteleria abarrotada de turistas que compran pasteles para llevarselos o degustarlos en su comedor interior.

Es precio de un pastel de nata o de Belem es de 1 € en la Fabrica de Nata, en Belem a 1,15 aunque puede llegar a casi 2€ en el Aeropuerto.

Los hay buenos en muchos sitios, y en todos ellos su pastel ha ganado un premio. El lugar más tradicional y a la vez más masificado es el de Pasteis de Belem (Antiga Confeitaria de Belem, en la Rua de Belem, junto al Monasterio de San Jeronimo) en Belem, pero tienen buena pinta los de la Pastelería Alcoa de la calle Garret, y no desmerecen para nada los de la Fabrica de Nata de la plaza de Restauradores y en Rua Augusta

Otro dulce muy extendido es el Pao de Deus (pan de Dios), especie de panquemado coronado con coco en lugar de clara de huevo.

Pao de Deus

Con todo el amor por los dulces se nota en la gran cantidad de pastelerias que hay en la ciudad, por ejemplo de la cadena A panaria portuguesa,  y el mimo con el que son tratados los pasteles que se entregan siempre en cajas de cartón. Según un refrán gallego-portugues  “O caldo sen pan, no inferno o dan“ solamente en el infierno se sirve el caldo sin pan.

Un guiri en:

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