viernes, 4 de enero de 2019

La princesa Chang E 嫦娥

Hace mucho, mucho tiempo, como unos 4000 años, cuando en China gobernaban los Xia, dos jóvenes, Houyi 后羿 y Chang E 嫦娥 se casaron muy ilusionados y felices. 

Houyi era general de la guardia imperial y un gran arquero, dicen que derribó con sus flechas ocho de los nueve soles que exitian en la antigüedad, con el fin de que no hiciera tanto calor. Era tan buen arquero, que el emperador pidió al Emperador Celeste 玉帝 que lo hiciera inmortal, con el fin de que lo protegiera toda su vida, y así fue como Houyi pasó a ser inmortal. 

Sin embargo, ser un gran arquero no significa ser un gran marido. Houyi se portaba muy mal con su mujer Chang E, así que un día Chang E cansada de tanto sufrimiento decidió abandonarlo y además se llevó lo que su marido más apreciaba, la botella del elíxir de la inmortalidad. La noche que Chang E se marchó era precisamente la noche del día 15 de la octava luna. Esa noche Chang E, voló hacia el cielo y se construyó una casita en la Luna donde se puso a vivir, feliz y tranquila, con el tiempo se convirtió en la Diosa del Palacio de la Luna. 

Su marido, Houyi, al notar su ausencia, reflexionó sobre la vida que le había dado a su mujer Chang E, y se arrepintió, hacía ofrendas a la Luna precisamente la noche del 15 de la octava luna, pidiendo que su esposa volviera al mundo de los mortales para reunirse con él y los hijos.

Pero esto ya no fue posible. Es por esta razón, que el hecho de reunirse la noche del Festival de la Luna, muestra el deseo de todos de que la familia esté unida. 

Hay un proverbio chino que dice “Las bodas las hace el cielo, pero las prepara la luna”.


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